Inventario de Fotografía de Canarias

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Materiales fotográficos en los archivos, fondos y colecciones en Canarias

Tipos y soportes fotográficos

En términos generales, los materiales fotográficos localizados y procesados en este inventario de fondos y colecciones de fotografía de Canarias, presentan una gran variedad de tipologías y soportes, que se corresponden con las técnicas y procedimientos fotográficos de cada periodo histórico. Siguiendo el esquema de descripción de las fichas de inventario procederemos a analizar estos materiales según su status, tipo, procedimiento y soporte.

Status. En cuanto a su status distinguimos, de manera general, entre copias de época, copias modernas y reproducciones. Por su volumen destacan, sobre todo, las copias modernas. Con este término incluimos no solo copias en blanco y negro sino también en color, de fotografías realizadas a partir de los años 50. Buena parte de esta cantidad, corresponde a fotografías en color sobre papel positivadas mediante procedimientos industriales. Aunque a este tipo de fotografías no se le suele prestar excesiva atención –por su cercanía temporal o por su baja calidad material y estética–, constituye por su volumen, un conjunto significativo de imágenes que, de no ser inventariadas en estos momentos, correrían el riesgo de perderse en un futuro más o menos inmediato. Esta clase de fotografías las encontramos sobre todo en los archivos municipales o en archivos de otras instituciones, públicas o privadas, que han utilizado las imágenes fotográficas para documentar sus actividades cotidianas. Es necesario ver en este tipo de fotografías, un material gráfico de enorme interés para las próximas generaciones y que, por lo tanto, debe ser tenido en cuenta en cualquier tipo de intervención sobre el patrimonio fotográfico, si bien es cierto que otro tipo de materiales históricos requerirían acciones más urgentes de recuperación y conservación. 

Bajo el término genérico de copias de época, incluimos todos aquellos procedimientos fotográficos históricos anteriores a los años 50. Entre los procedimientos del siglo XIX localizados en los archivos y colecciones de Canarias, destacan sobre todo las albúminas. No obstante, en muy pequeñas cantidades, se han localizado también daguerrotipos (especialmente en colecciones particulares y en algunas instituciones como El Museo Canario, Las Palmas de Gran Canaria, o el Centro de Fotografía “Isla de Tenerife”), platinotipias, ambrotipos o ferrotipos.

En cuanto a las reproducciones, hay que señalar que constituyen también un volumen notable de materiales inventariados. Buena parte de estas reproducciones sobre papel están ligadas a los procesos de recopilación de fotografías históricas desarrollados en una época anterior a la aparición de la tecnología digital. Estas reproducciones se realizaban fundamentalmente con el objetivo de contar con copias de archivo de esas imágenes históricas, para estudios, investigaciones, exposiciones, etc. Normalmente las fotografías originales eran prestadas por sus propietarios y devueltas tras su reproducción. Muchas de estas reproducciones fueron realizadas por fotógrafos profesionales que, en ocasiones, las vendían en sus propios estudios constituyendo así una actividad comercial relevante.

Tipo. En cuanto al tipo, distinguimos entre negativos, contactos, diapositivas, fotografías estereoscópicas, polaroids, postales y reproducciones fotomecánicas.

Como es lógico el volumen de negativos localizados es también importante en el conjunto del inventario. Estos negativos proceden  fundamentalmente de los archivos de fotógrafos, tanto profesionales como aficionados. Por lo general, suelen estar ordenados según el criterio de uso del propio fotógrafo. En ocasiones su estado de conservación no es el más adecuado, hallándose a veces sin la debida protección entre ellos, lo que provoca graves deterioros en la emulsión fotográfica. En cuanto al soporte de estos negativos, encontramos también una gran variedad: los más antiguos (finales del siglo XIX y primeras décadas del XX), son negativos sobre cristal (cerca de 24.000) mientras que conforme avanza el siglo XX, lo habitual son los negativos sobre celuloide. Los que más abundan son los negativos de celuloide en blanco y negro, en diferentes formatos (más de 185.000), aunque los negativos de celuloide en color, casi siempre en formato de 35 mm, alcanzan también una cifra importante (más de 100.000).

Respecto a las diapositivas, predominan las de color sobre celuloide aunque también podemos encontrar, en una cantidad muchísimo menor, diapositivas sobre soporte de cristal. El volumen de estas diapositivas es también considerable (más de 86.000), y en general su estado no suele ser bueno, por el deterioro propio de la emulsión de este tipo de fotografías.

Los contactos deben ser considerados como un material de trabajo de los estudios fotográficos o como una información facilitada al cliente. Estos contactos nos ofrecen una visión general de los negativos de cada rollo o carrete de fotografías y, desde el punto de vista de la investigación histórica, son especialmente útiles para documentar fotografías o negativos que hayan podido perderse o que hayan desaparecido del archivo, así como para analizar el sistema de trabajo del propio fotógrafo, ya que con frecuencia, solía añadir anotaciones o señalar nuevos encuadres en la fotografía original.

Sin ser una cantidad excesiva, el conjunto de fotografías estereoscópicas inventariadas (más de 900), constituye un material de gran valor documental y estético ya que la mayor parte de ellas son imágenes fechadas entre 1860 y 1880, aunque también se encuentran muchas colecciones de fotografías estereoscópicas modernas realizadas entre los años 1930 y 1950. Aunque las más abundantes son las fotografías estereoscópicas sobre papel (positivos), se han localizado también sobre soporte de cristal, tanto en negativo como en diapositiva.

Las imágenes fotográficas tipo polaroid no alcanzan en el contexto de este inventario, un número demasiado significativo (unas 400). Sin embargo, el hecho de que esta tipología sea el resultado de un procedimiento recientemente desaparecido –a pesar de los esfuerzos por recuperarlo comercial y estéticamente con aplicaciones de edición digital–, le añade un interés histórico evidente. En el contexto de los archivos, estas fotografías eran utilizadas como un sistema rápido de documentación gráfica que, por ejemplo, en los archivos municipales servía para su incorporación en los expedientes de obras o en los atestados de situaciones catastróficas. No obstante, en otros centros vinculados con el mundo de la cultura (museos y centros de arte), se encuentran fotografías tipo polaroid como piezas de creación artística.

Dada la importancia sociocultural y el volumen de las tarjetas postales localizadas en este inventario, le dedicamos un capítulo aparte para una mejor comprensión de las tipologías y variedades de estas imágenes.

En muchos archivos es posible encontrar también imágenes de origen fotográfico, pero reproducidas mediante procedimientos fotomecánicos, por ejemplo, ilustraciones de revistas, periódicos, libros o folletos, ediciones de carpetas o porfolios de fotografía, estampas, carteles, tarjetas postales o láminas sueltas. Este tipo de imágenes se han incorporado a este inventario por considerarlas una fuente iconográfica de primer orden pues permite documentar la historia contemporánea de las islas y constituye, en ocasiones, el único vestigio de tales imágenes, cuyos originales, muchas veces se encuentran perdidos o no localizados.

Procedimiento. En cuanto a los procedimientos se ha distinguido entre los sistemas de creación fotográfica más importantes o de mayor uso en cada periodo histórico. En una valoración de conjunto resulta significativa, como ya hemos apuntado, la escasa presencia de daguerrotipos en los archivos y colecciones fotográficas de Canarias, ya que en total, no suman más de una veintena. Lo mismo ocurre para otros procedimientos fotográficos del siglo XIX, como las albúminas (las más abundantes, con más de 1.200 referencias), colodiones, ambrotipos, ferrotipos y platinotipias. El procedimiento más abundante que encontramos en los archivos de Canarias es la gelatina de plata. En este apartado se ha diferenciado también entre aquellos procedimientos fotomecánicos de reproducción de imágenes (huecograbados, fototipias, etc.).

Soporte. Desde el punto de vista de los soportes, destacan sobre todo las fotografías sobre papel (más de medio millón), seguidas por las imágenes sobre celuloide (más de 371.000), las fotografías en soporte digital (más de 94.000 archivos digitales), las fotografías en soporte cristal (cerca de 25.000), y las fotografías sobre metal (cerca de 30, entre daguerrotipos y ferrotipos).

Tarjetas postales

A finales del siglo XIX, las tarjetas postales se convirtieron, como su propio nombre indica, en un formato estándar de carácter universal para la comunicación postal. Aunque las primeras postales incorporaban en el anverso reproducciones de dibujos o pinturas litografiadas, no será hasta el desarrollo de las tecnologías fotomecánicas, cuando se utilicen de una manera sistematizada las imágenes fotográficas.

El auge de este tipo de tarjetas ilustradas fue paralelo a los avances de las primeras corrientes del fenómeno del turismo de masas, por lo que aquellos países, zonas o regiones que desde estas fechas tempranas se convirtieron en destinos turísticos, como es el caso de Canarias, fueron también el escenario predilecto para la aparición de las primeras ediciones de postales turísticas. En este sentido, no debe extrañarnos la inmediata publicación en las primeras localidades turísticas de las islas (Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife, Puerto de la Cruz), de postales con las que cubrir las demandas de los turistas que comenzaban a llegar a estas ciudades, donde se ubicaron también los primeros hoteles turísticos.

Más adelante, en la década de los 20, fueron los propios fotógrafos los que explotaron la edición y producción de tarjetas postales, encargando tiradas por procedimientos fotomecánicos pero también, realizando directamente las postales sobre papel fotográfico: de ahí que estas postales, firmadas entre otros, por Ernesto Fernando Baena, Adalberto Benítez, Joaquín González Espinosa, Otto Auer, Kurt Herrmann, o Teodoro Maisch sean, en realidad, auténticas fotografías presentadas en este formato particular. Conviene hacer esta distinción por motivos referidos, sobre todo, a la conservación de estas imágenes ya que por su naturaleza química, deberían observarse unas determinadas condiciones –que no afectan a otro tipo de postales reproducidas por otros medios–, que son similares al resto de las imágenes fotográficas.

El flujo más o menos constante de turistas a lo largo de todo el siglo XX permitió también mantener una actividad fotográfica destinada a la elaboración de postales turísticas, producidas ya por grandes empresas establecidas en la Península y especializadas en esta clase de imágenes, como Ediciones Lujo, Ediciones Sicilia, Editorial Arribas (todas ellas de Zaragoza), Escudo de Oro, o Ro-Foto (de Barcelona). También deben mencionarse distintas ediciones de postales y publicaciones turísticas realizadas por Litografía Romero, en Tenerife, o Comercial Silva, en Lanzarote.

La irrupción del boom turístico en los años 60 impulsó de nuevo la producción de postales permitiendo que muchos fotógrafos canarios dedicaran parte de su trabajo a la obtención de fotografías de paisajes para nuevas ediciones de postales: entre ellos, podemos destacar las colecciones de Esteban Álvarez, en Tenerife, o de Juan José Santos Cabrera, en La Palma.

Sin embargo, lo más significativo fue la llegada a Canarias de numerosos fotógrafos nacionales y extranjeros con el objetivo de fotografiar las islas y convertirlas en tarjetas postales: entre ellos, debemos citar a Antonio Campañá y J. Puig-Ferrán (A. Campañá y J. Puig), Otto Reuss (Ro-Foto), Elmar Ludwig –con su fundamental aportación a las colecciones publicadas por la compañía irlandesa John Hinde Studios, una de las más completas e imprescindibles para el análisis visual del fenómeno turístico en Canarias a finales de los años 60 y principios de los 70–, Martin Herzberg, Philippe Martin, o Arthur Dixon. Durante los 80 y 90, destacan sobre todo, los trabajos de Reiner Loos, Tulio Gatti, o Sergio Hanquet.

Tarjetas Postales. Tipologías: fondos y colecciones

Para la redacción de esta Guía-Inventario, hemos localizado e inventariado un número considerable de tarjetas postales: aproximadamente unas 40.000. Una parte importante de esa cantidad son postales turísticas –casi siempre paisajes o espacios vinculados a la actividad del turismo–, aunque también se ha incorporado, con la idea de ofrecer por primera vez datos que nos permitan valorar el impacto real de la postal en el contexto de la cultura canaria, postales de fantasía o de variedades utilizadas en la época, con tanta o más frecuencia que las turísticas.

Además, no solo hemos referenciado postales antiguas sino también aquellas que, en el marco del coleccionismo, se consideran modernas (más o menos, a partir de 1950), ya que estas postales constituyen hoy en día no solo un signo del espíritu de aquel tiempo, sino un medio de información de primer orden para documentar las transformaciones radicales de nuestro territorio ante el impulso del turismo y para estudiar los cambios de costumbres y hábitos culturales y sociales en las islas.

Es muy frecuente encontrar conjuntos significativos de postales –tanto por su cantidad como por la calidad de las mismas–, en los archivos y/o colecciones de fotografía en Canarias. A grandes rasgos, podríamos distinguir entre fondos ubicados –por razones diferentes: donaciones o derivados de la actividad propia–, en instituciones de todo tipo (archivos municipales, bibliotecas, museos, fundaciones, empresas, etc.), y colecciones específicas de postales. Además habría que añadir un buen número de pequeños conjuntos de postales, sueltas o en álbumes, acumuladas en colecciones familiares o en archivos de fotógrafos, muchas de las cuales no proceden ni de la actividad propia del fotógrafo ni del impulso coleccionista sino del intercambio postal con amigos o familiares. 

Entre las series de postales que pueden consultarse en buena parte de los archivos municipales canarios, podemos reseñar las conservadas en:

  • el Archivo Municipal de La Laguna (Tenerife), con más 1.200 postales antiguas procedentes del Fondo Ossuna, entre las que destaca un extenso conjunto de postales fechadas en torno a 1920, con vistas de la ciudad de Fuenterrabía, en el País Vasco;
  • el Archivo Municipal de Puerto de la Cruz (Tenerife), con una pequeña colección en torno a 350 unidades, con algunos ejemplares interesantes de postales de Marcos Baeza;
  • el Archivo Municipal de Santa María de Guía (Gran Canaria), con más de 1.000 postales antiguas y modernas pertenecientes al Fondo Juan Blanco Hernández, cuyo contenido gira fundamentalmente en torno al mundo del arte;
  • el Archivo Histórico de Teguise (Lanzarote), también con más de 1.000 postales, en su mayoría, modernas;
  • el Archivo Municipal de Arrecife (Lanzarote), con más de 200 postales, tanto del Fondo Municipal como del Fondo Agustín de la Hoz; y,
  • el Archivo Municipal de San Bartolomé (Lanzarote), con más de un centenar de postales modernas.

Por su parte el Archivo General de La Palma posee también una amplia e interesantísima colección de más de 3.400 postales de Canarias y de otros lugares del mundo, que forman parte del Fondo Blaauboer-Rodríguez del Castillo.

En cuanto a las Bibliotecas, destacan sobre todo los materiales conservados en la Biblioteca de la Universidad de La Laguna, tanto en la Biblioteca de la Escuela de Náutica, con más de 1.000 postales procedentes del Fondo Juan Antonio Padrón Albornoz, dedicadas al mundo del mar y de los barcos; y el Fondo de Postales de la Biblioteca General y de Humanidades, compuesto por unas 2.700 imágenes. Hay que apuntar que este Fondo se originó por la gestión del registro de derechos de autor, que durante un tiempo llevó a cabo la Biblioteca de la Universidad de La Laguna, lo que nos permite ahora rastrear la producción de algunas editoriales de postales como Euroafricana de Canarias (con 214 postales), Litografía Romero (142), o Gasteiz (125). También tenemos que reseñar una interesante colección de postales dedicada a las colonias españolas en África y a la Legión, de los años 60 y principios de los 70. Además destaca por su singularidad y rareza, un conjunto de sobres-postal con imágenes de Canarias. Así mismo, la Biblioteca José Pérez Vidal, en Santa Cruz de La Palma, posee una pequeña colección de cerca de 200 postales, antiguas y modernas, que forman parte del Fondo José Pérez Vidal.

Entre los archivos de los Museos canarios son dignos de mención algunos fondos o colecciones de postales: así, El Museo Canario, en Las Palmas de Gran Canaria, conserva en su Colección de Fotografía Histórica, varios álbumes con cerca de 1.200 postales, en su mayoría, antiguas. La Casa-Museo Pérez Galdós, también en Las Palmas de Gran Canaria, posee más de 400 postales en dos de sus fondos: el Fondo Josefina de la Torre y la Colección Galdosiana del Fondo Fotográfico Pérez Galdós. Igualmente, la Casa-Museo León y Castillo, en Telde, conserva cerca de un centenar de postales procedentes, sobre todo, del Fondo Presentación Suárez de la Vega, formado por 273 imágenes autografiadas de famosos y personas de gran prestigio en el mundo de la cultura o la política.

Otras instituciones públicascuentan también entre sus fondos con notables recopilaciones de postales: el Centro de Fotografía “Isla de Tenerife” posee, en su Colección Postales, más de medio millar de ejemplares. Por su parte, el Fondo de Fotografía Histórica de la FEDAC, en Las Palmas de Gran Canaria, cuenta con una gran cantidad de postales, todas ellas digitalizadas y publicadas en su web. Igualmente, el portal Memoria Digital de Lanzarote, dispone –solo en formato digital–, de una pequeña colección de postales sobre Lanzarote, entre ellas una parte de las series de postales editadas en los años 70 por Rafael Silva.

En este capítulo tenemos que apuntar también algunas pequeñas colecciones deinstituciones privadascomo la que conserva la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, en La Laguna (259 postales); el Archivo Fotográfico de la Fundación Canaria Zurita Soler, en Santa Cruz de Tenerife, con más de 700 postales tanto antiguas como modernas, entre las que destaca una amplia representación de postales del fotógrafo Otto Auer (más de 60 postales); y, la pequeña colección de fotografías y postales de la Cooperativa Agrícola del Norte de Tenerife (FAST, La Orotava), que no siendo muy extensa (solo 56 imágenes), nos permite seguir de cerca el trabajo bien conocido de Ernesto Fernando Baena sobre la producción y empaquetado de plátanos, realizado por encargo de la propia empresa a mediados de los años 20: lo interesante es que no solo se encuentran las postales que tanto éxito tuvieron en aquella época sino que también disponen de copias –algunas de gran tamaño–, de las fotografías originales.

Pero son los coleccionistas de tarjetas postales los que nos ofrecen un repertorio más exhaustivo, exacto y completo de lo que fue el fenómeno comercial y cultural de la postal en Canarias. Por fortuna, disponemos de varias colecciones de gran interés en las islas, así como otras fuera del Archipiélago que no hemos podido incluir en esta primera fase de redacción de la Guía-Inventario. En todos los casos, el origen de estas colecciones suele ser la compra o el intercambio entre los propios coleccionistas.

Entre estas colecciones debemos citar en primer lugar, los materiales procedentes de distintos fotógrafos aficionados que, en su momento, se interesaron por acumular y coleccionar tarjetas postales y que hoy en día conservan sus herederos: por ejemplo, la colección de postales (279) de Luis van de Walle, que custodia su nieto Tomás van de Walle Sotomayor, en Gran Canaria; o, la colección de la fotógrafa Nieves Lugo, compuestapor un centenar de postales, conservada por una de sus hijas, en La Orotava.

Entre los coleccionistas de tarjetas postales, existe un núcleo especialmente activo en Gran Canaria, casi todos dedicados a la postal antigua con imágenes de las islas. Entre ellos, podemos citar a José Antonio Pérez Cruz (con más de 3.800 postales), Augusto Brosa (con una cantidad similar), Domingo Doreste (más de 2.500), y Manuel Camino (con unas 1.500, aunque con más cantidad de postales modernas). Igualmente en Gran Canaria, Pedro Socorro, cronista de Santa Brígida, posee también una colección interesante de unas 1.300 postales tanto antiguas como modernas. En la isla de Tenerife, destaca también la Colección CVR, con más de 10.000 postales modernas.

La labor desarrollada por los editores de postales no ha sido hasta ahora, suficientemente valorada, entre otras cosas por carecer de referencias directas al trabajo realizado. En este sentido, hay que resaltar el nombre de Rafael Silva, importante editor de postales que trabajó en Lanzarote desde 1967 a 2001. En la actualidad, su archivo constituye una de las joyas de la fotografía en Canarias, que las instituciones locales o regionales deberían preservar y conservar por ser uno de los pocos ejemplos que permiten estudiar todo el proceso de diseño, creación y producción de ese objeto de uso turístico que llamamos tarjeta postal. Silva conserva aún todos los ficheros de trabajo de su empresa, de modo que puede rastrearse y documentarse el origen de cada una de las postales editadas por Comercial Silva: cada postal está asociada a un sobre numerado, que incluye originales fotográficos (diapositivas), pruebas de imprenta, fotolitos, anotaciones y correcciones de cada una de ellas. Además, dispone de varios álbumes con ejemplares editados de sus postales. El Archivo está formado por 662 sobres con documentación editorial y un total de 351 postales.

Sin la dimensión e interés documental del Archivo de Rafael Silva, conviene citar aquí el trabajo de Juan José Santos Cabrera, en Fuencaliente (La Palma). Aunque no era editor sino fotógrafo, Santos Cabrera elaboró, desde los años 70, un amplio catálogo de postales cercano a los mil modelos, con fotografías de La Palma y algunas series sobre El Hierro. Colaboró también con el fotógrafo afincado en Barcelona, Otto Reus, que hemos citado al principio de este capítulo. Su obra más conocida fue la que realizó con motivo de la erupción del volcán de Teneguía, en 1971, del que produjo más de cien modelos de postales.

Cámaras y aparatos

Entre los materiales relacionados con la práctica de la fotografía que se conservan en algunos archivos y colecciones, las cámaras y aparatos fotográficos constituyen un elemento de gran interés para el análisis del trabajo cotidiano del fotógrafo en su estudio o fuera de él. Saber qué tipo de cámaras han utilizado en cada momento histórico los fotógrafos en el ejercicio de sus actividades, nos permite conocer también mejor los dispositivos técnicos que explican cada una de las imágenes producidas en cada época.

Uno de los objetivos iniciales de la Guía-Inventario de fondos y colecciones de fotografía de Canarias, fue elaborar un censo de cámaras y aparatos de laboratorio ya que, hasta la fecha se desconoce el volumen real de este tipo de máquinas, su localización y su estado de conservación.

Aunque no muy numerosas, existen en Canarias algunas colecciones en las que se conservan cámaras y otros aparatos fotográficos de gran interés histórico (objetivos, material de laboratorio, trípodes, filtros, ampliadoras, etc.). Las más destacables, por la cantidad y valor de sus cámaras, son las colecciones de Jorge Lozano VandeWalle, en Santa Cruz de La Palma, que cuenta con una amplia variedad de cámaras fotográficas y cinematográficas, linternas mágicas, zootropos, proyectores de cine, ampliadoras y visores para fotografías estereoscópicas; y el Archivo Fotográfico Francisco Rivero, en la Fundación Canaria Néstor Álamo, en Santa María de Guía (Gran Canaria), que incluye cerca de un centenar de aparatos, la mayor parte de ellos en un estado penoso de conservación.

También debe mencionarse la colección de más de 100 cámaras y aparatos de laboratorio, fechados entre 1860 y 1960, del Centro de Fotografía “Isla de Tenerife”; o, la colección del fotógrafo Alejandro Togores, en Tenerife.

Algunos museos poseen también aparatos de este tipo, formando parte de las piezas expuestas al público: así, la Casa-Museo León y Castillo, en Telde, dispone de dos cámaras, una de ellas de finales del siglo XIX, en madera, y de un visor de fotografías estereoscópicas. Un visor de similares características se expone también en una de las vitrinas del Centro Etnográfico Casa el Maestro, en Tijarafe. Visores de este tipo se encuentran con cierta frecuencia en colecciones particulares de las islas ya que, eran indispensables para la correcta contemplación en tres dimensiones de las imágenes estereoscópicas.

Los archivos de los Estudios fotográficos suelen conservar también cámaras de distintas épocas que fueron utilizadas como instrumental de trabajo en el ejercicio de la profesión: especialmente interesantes son las cámaras (en torno a una veintena), que aún hoy se conservan en el antiguo estudio del fotógrafo Francisco Rojas Fariña, en Las Palmas de Gran Canaria; o, el conjunto de cámaras y ampliadora Leica utilizadas por los hermanos Suárez Robaina, que hoy atesora Miguel Ángel Suárez Brito, hijo y sobrino respectivamente de los anteriores, en su Estudio Foto Suárez Robaina, en Telde. Del mismo modo, el Estudio fotográfico Benítez, en Santa Cruz de Tenerife, posee varias cámaras que pertenecieron a Adalberto Benítez.

En otras ocasiones, las cámaras usadas en los estudios fotográficos pasaron a manos de coleccionistas o de personas interesadas en conservar el patrimonio fotográfico, gracias a los cuales se conservan algunas joyas del legado instrumental de la fotografía profesional en Canarias. Es el caso, sobre todo, de la extraordinaria cámara de estudio usada en los últimos años del siglo XIX, por Miguel Brito en su taller Fotógrafos y Dibujantes, en Santa Cruz de La Palma, que hoy en día se conserva en la colección particular de Juan Pedro García Martín, en La Palma.

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